10/21/2020 0 Comments Movimiento y SentidoA esta altura del año, y luego de siete meses de aprendizaje remoto, es de esperar que algunos de nosotros sintamos un descenso en las ganas y el entusiasmo por seguir adelante con las actividades del colegio. Detrás de esta sensación de agotamiento, puede estar entre otras cosas, una dificultad para encontrarle el sentido suficiente al aprendizaje que nos mueva a perseverar en su búsqueda. En esto, como comunidad podemos plantearnos distintas tareas para mantener ese interés vivo. En primer lugar, los educadores nos desafiamos diariamente a trabajar contenidos y habilidades que resulten significativos para la vida de los estudiantes, ya sea por la naturaleza del contenido o por las implicancias prácticas que puedan tener para la vida cotidiana. Es como hemos observado que algunas actividades académicas se han valido del contexto particular que vivimos para ejemplificar los conceptos trabajados. En segundo lugar, es importante para mantener una secuencia de aprendizaje significativo que los nuevos aprendizajes puedan relacionarse de una forma sustantiva con los conocimientos y experiencias previas de los y las estudiantes. Esto se relaciona con las estrategias anteriores, y también releva la importancia de la continuidad del proceso educativo. Podemos encontrarnos con que en este contexto, se ha hecho más difícil que los y las estudiantes estén "presentes" en todas sus clases (conectados y atentos), lo cual hace algo más difícil ir agregando nuevas fibras al tejido del aprendizaje. Hemos observado también que tiende a producirse un fenómeno de "bola de nieve", en que una desconexión circunstancial con su consiguiente pérdida de contenidos y actividades se va sumando a otros asuntos pendientes y llegan momentos en que la carga académica parece inabordable, y como resultado baja la motivación. Junto con hacer los máximos esfuerzos por mantener una conexión regular a las clases, se hace importante adquirir el hábito de recuperar aquello que se perdió por circunstancias personales o técnicas. Si aún con lo anterior, la "bola de nieve" ya está muy grande, una acción que sirve para retomar la confianza y la motivación es parcelar las tareas, tomar un calendario y otorgarle un día y hora a cada tarea pendiente. Si esta organización se sigue haciendo muy difícil, podrán recurrir a sus profesores jefes o Equipo Psicoeducativo para apoyarles. Otra sugerencia similar es estructurar mentalmente los períodos de clase en etapas más cortas, estableciendo cortes. Por ejemplo, pensar que de aquí al 18 de diciembre, tenemos un quiebre la primera semana de noviembre con nuestro Carnaval de Talentos, y otro quiebre con el feriado del 8 de diciembre. En tercer lugar, para un aprendizaje con sentido, se requiere de una disposición favorable del estudiante. Es decir que quiera aprender y tome acciones que favorezcan este proceso. Esto último no depende sólo de la naturaleza objetiva del contenido, sino "también por variables de naturaleza afectiva, motivacional y relacional". Por ejemplo, un estudiante con bajo autoconcepto académico, puede entrar en un círculo en el cual su disposición al aprendizaje es desde el "no puedo"; si a eso sumamos expectativas respecto a una materia que son muy distintas puede sentirse "decepcionado"; y si por otra parte este estudiante percibe una relación competitiva con sus compañeros, son algunos de los factores que se podrían combinar para una percepción poco significativa del proceso de aprendizaje. Y aquí volvemos al tema de la motivación. Es interesante recordar que el concepto motivación nace de la misma raíz que "motor", es decir lo que nos mueve. La motivación frente a una tarea puede depender tanto de factores externos, tales como premios o castigos, que incluso pueden no tener ninguna relación con la tarea en sí ("Si aprendes las tablas te regalo un helado"), como de factores internos como la satisfacción personal por un logro ("Me siento bien porque logré algo difícil"). La investigación ha evidenciado que si bien el primer tipo de incentivo está más a la mano y a veces tiene un efecto más instantáneo, su efectividad a mediano y largo plazo es reducida y plantea algunos dilemas prácticos e incluso éticos. Respecto a lo práctico, generalmente los premios y castigos resultan en una escalada en que tanto unos como otros tienen que ser cada vez más grandes para lograr el efecto. En lo ético, si queremos promover una actitud que consideramos positiva para nuestros hijos, otorgar un premio adicional por su logro podría cuestionar la suficiencia del valor propio de esa conducta. La invitación entonces es a seguir buscando aquello que nos mueve desde nuestro interior y tomar acciones que nos ayuden a construir sentido en torno a nuestro aprendizaje.
0 Comments
10/7/2020 1 Comment Descansar y soñar ...Hoy queremos invitarlos a reflexionar sobre un verbo homónimo cuya acepción cambia de acuerdo a la intención que ponemos en él.
El verbo soñar- según la Real Academia Española de la Lengua- se puede ocupar para referirnos a sucesos que ocurren mientras se duerme de manera profunda( lo que llevado al contexto actual de pandemia se torna un desafío tanto para los grandes de la casa como para los más pequeños), pero también al verbo soñar se le asigna la hermosa acción relacionada con anhelar persistentemente algo…con dejar fluir nuestros deseos hacia lo que queremos ser y hacer en el mundo, lo que a su vez tiene un énfasis en perseverar en torno a metas personales o hacia el proyecto de vida que desde la infancia comenzamos a bosquejar. Soñar… nunca dejemos de anhelar. ¡Quiero ser astronauta!¡ Quiero ser arquera!¡ Quiero viajar por el mundo! ¡Quiero ser veterinario y sanar a los animales! ¡ Quiero ser científica!. En la infancia la pregunta ¿Cuál es tu sueño? es una de las primeras que respondemos y –probablemente- es una de las preguntas que más resuena a lo largo de nuestra vida. No basta con fijarse metas, porque éstas pueden venir impuestas por un principio económico o por un deseo externo. Cada persona tiene sus propios sueños. Los sueños son un patrimonio personal y alimentan el motor de nuestra motivación, nada sería la historia de la humanidad si se minimizara la capacidad de soñar. Los sueños pueden parecer estrafalarios, pueden parecer humildes, inalcanzables o lógicos…pero siempre son un lugar que nos sitúa, lo que nos permite dar sentido a nuestras acciones e ir más allá. Soñar es efectivamente un ejercicio de la libertad en el que cabe todo, una actividad que nos invita a imaginar que todo es posible....el anhelar nos ayuda a resignificar mejor las circunstancias presentes, nos da la fuerza para organizarnos, nos invita e impulsa a conocernos y también a tener la “disposición al obstáculo”, es decir, sentirnos con la fuerza necesaria para mirar por sobre las dificultades o el error. Soñar nos invita a preguntarnos de manera permanente…¿Qué le da sentido a mi vida?¿ de qué soy capaz?¿ estoy dispuesta/o a desarrollar las habilidades necesarias para alcanzar mi sueño? . Si nos hacemos las preguntas adecuadas todos y todas podemos descubrir nuestros sueños más profundos y construir las acciones para alcanzarlos. El sueño reparador es absolutamente necesario… Estamos en medio de una pandemia y es bastante normal tener algún trastorno de sueño o dificultades para mantenerlo, porque nuestras rutinas fueron modificadas producto de tener que adaptarnos a un nuevo estilo de vida. Los humanos necesitamos de 7 a 9 horas de sueño para recargarnos. Sin esto, la salud física se ve afectada. Más de tres meses durmiendo mal puede tener consecuencias notorias en este ámbito. Desde el plano psicológico, el mal dormir también genera cambios negativos inmediatos. Cuando estamos faltos de sueño podemos estar más irritables, tener dificultades para concentrarnos, para poner atención, tendremos que hacer cosas dos o tres veces para poder llegar al resultado que se busca. En cuanto a las dinámicas de cuarentena y cómo dichas manifestaciones se vuelven hoy más graves, los especialistas advierten que “evidentemente la falta de sueño y la irritabilidad asociada, se van a reflejar en más discusiones y tensión y menos paciencia”. La clave es, al menos, tratar de mantener una rutina de sueño y vigilia. De forma práctica, esto significa preparar el espacio de sueño y evitar “vivir en la pieza”, además de no permanecer acostado o en pijama buena parte del día. Es recomendable realizar actividad física, aunque sean ejercicios básicos, para aumentar nuestro gasto energético y estar más cansados a la hora de acostarse. Igualmente, en la noche, se recomienda desconectarse y dejar a un lado el celular, como así también comenzar paulatinamente a apagar luces, ya que hay que recordar que la luz azul de las pantallas puede alterar el sueño, poner un límite en el horario de la tarde – noche es fundamental. Elegir alimentos adecuados para que nos ayuden a inducir el sueño es otra de las estrategias que hay que poner en práctica para potenciar el sueño reparador. Estas y otras recomendaciones las desarrollaremos en las actividades que encontrarán en el portal. |