7/25/2020 0 Comments SOLIDAridAD y emPATÍACuando los que más queremos se ven enfrentados a una situación difícil, es normal que nuestra primera tendencia sea buscar aminorar su dolor y cambiar sus penas por alegrías. En este momento en que compartimos una realidad desafiante, también intentamos entre todos encontrar las actividades y ocupaciones que nos saquen de las emociones más difíciles asociadas a la pérdida y a la incertidumbre.
Sin duda este contexto nos ha permitido encontrar nuevas formas de relacionarnos con los demás y con nosotros mismos, y descubrir las oportunidades que despierta cada crisis. Este ha sido también el camino en que los hemos acompañado a través de estos boletines. Aun con lo anterior, es importante estar dispuestos a reconocer y acoger en nuestra vida que hay cosas que hemos perdido, experiencias que no hemos podido vivir, y personas que hemos dejado de ver, al menos en un plano físico presencial. Es normal, e incluso saludable que frente a ello sintamos tristeza. Del mismo modo, es sano reconocer que actualmente hay situaciones que son muy difíciles de prever, planificar o asegurar. Es el primer paso para desarrollar una mejor relación con la incertidumbre. La empatía es el camino solidario en el que reconocemos la emoción de otro y somos capaces de sintonizar con ella, sin pretender cambiarla de manera instantánea. Les queremos invitar a no silenciar las penas, ni a olvidar que las preocupaciones también son parte valida e importante de nuestra experiencia humana, y caminar a través de ellas es más enriquecedor si lo hacemos solidariamente en comunidad y en familia.
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Llevamos mucho tiempo juntos en nuestras casas, pero a la vez muy alejados de otros familiares, por eso hoy la invitación es a pensar en aquellos que se encuentran un poco más lejos o más solos. Contactarlos, darles apoyo, o simplemente hacerse presente a través de una llamada telefónica los hará recordar que a pesar de la distancia física aún podemos estar cerca.
La incertidumbre, la angustia, la ansiedad y el miedo en estos momentos son emociones que se pueden agudizar, pero también se pueden complementar con la esperanza, la alegría, las expresiones de afecto, la empatía, la motivación y la gratitud. De ahí la importancia de reforzar nuestro compromiso solidario con quienes se encuentran distantes y comprender que podemos ser responsables del bienestar de otros. ¿Cuánto demora un ser humano en sobreponerse al dolor?, ¿Cómo se imagina un viaje al universo un niño de 4 años?, ¿Cómo enfrentar enfermedades masivas causadas por virus o bacterias desde el rol del ciudadano?, ¿Cómo podemos generar sistemas eficientes que permitan que una comunidad aislada pueda optimizar sus sistemas de regadío en tiempos de sequía? El contexto actual de pandemia ha puesto de manifiesto el énfasis en un cambio de visión tan necesario como desafiante.
Estamos enfrentados todos y todas al desafío de formar habitantes del siglo XXI, con la historia que hemos construido…la historia propia, cuya formación tiene su base en el siglo pasado. Así padres, abuelitos/as, tíos/as, maestros estamos llamados a combinar nuestro paradigma análogo con uno más digital y dinámico, poner el foco en “como se hace, cómo lo creas, como lo comunicas” más allá de “lo que sabes y lo que recuerdas”. El cambio de mirada nos exige poner nuestra atención en: Habilidades Cooperativas, innovación/ emprendimiento, aprender creando, metacognición, ciudadanía digital, pensamiento flexible…ser resilientes… todas habilidades del siglo XXI, hoy puestas más que nunca a prueba. 7/24/2020 0 Comments CEREBRO EMOCIÓN Y APRENDIZAJEDesde que comenzó el aislamiento hemos revisado , en distintos momentos, la forma de organizar nuestras rutinas en un nuevo contexto, la estimulación de nuestras relaciones sociales y familiares, y el cuidado de nuestro cuerpo y emociones. Todo esto complementado por un recorrido por los cuatro principios fundamentales de nuestro proyecto educativo: responsabilidad, fraternidad, solidaridad y respeto.
Hoy queremos invitarles a un nuevo ciclo de profundización en algunas temáticas particulares que consideramos importante compartir con ustedes y que emergen también de las conversaciones que hemos mantenido, ya sea a través de los talleres, entrevistas o encuentros que hemos tenido con estudiantes y familias. Hoy queremos presentarles la vinculación entre las emociones y el aprendizaje, partiendo de la experiencia compartida de que el aprendizaje es más profundo en contextos cuya intensidad y modo emocional son adecuados. Esto tiene un correlato neurocientífico: hipocampo y amígdala son dos estructuras cerebrales que forman el sistema límbico, responsable de la experiencia emocional y la motivación. El modo en que se estimulen estas áreas y la “valoración” emocional que hagan de la información que reciben funcionará como puerta (abierta o cerrada) hacia los lóbulos prefrontales, donde se desarrollan los procesos que consolidan los aprendizajes. De aquí que para quienes educamos, en el colegio y la familia, sea importante propiciar experiencias de aprendizaje acompañadas de sentimientos satisfactorios, los cuales pueden darse tanto por la planificación de la tarea, por el reconocimiento de los logros de aprendizaje, por el cuidado del ambiente en que se aprende, y por ir calibrando la exigencia para que la adquisición de nuevos conocimientos y destrezas sea un proceso atractivo y desafiante. 7/20/2020 0 Comments Los ciclos en la vidaSolemos ver la vida como una carrera en la cual corremos por alcanzar nuestras metas. Muchas veces nos relacionamos con el otro sólo para medir si voy lo suficientemente rápido o si he llegado lo suficientemente alto. Y nos pasa también que, si no cumplimos nuestras expectativas iniciales, creemos que hemos fracasado por completo y nos cuesta mucho encontrar un nuevo sentido.
Les invitamos a una comprensión diferente: a entender nuestras vidas como una sucesión e interrelación de ciclos que comienzan, tienen distintas etapas, se afectan entre ellos, y una vez que terminan, nos brindan la oportunidad de un nuevo comenzar. Conociéndolos podemos identificar qué hacer en nuestras vidas para relacionarnos saludablemente con estos procesos que se retroalimentan una y otra vez. En estos tiempos en que dentro de nuestras familias vemos de cerca la posibilidad cierta o la realidad de la partida de alguien, queremos también acompañarles en las humanas emociones frente a la pérdida y en la construcción de sentido en torno a los pequeños y múltiples ciclos que formaron parte del legado de estos seres queridos. Desde la fe, confiamos que la vida terrena es un ciclo que al cerrarse da paso a uno nuevo. “Mientras la tierra permanezca, la siembra y la siega, el frío y el calor, el verano y el invierno, el día y la noche, nunca cesarán.” (Génesis 8, 22) |